lunes, 18 de abril de 2011

Capítulo 1 La princesa y el príncipe.

Empecemos desde el principio, cuando ninguno sabía la existencia del otro. El primer día de instituto de Dani, nuestra princesa. Tenía 11 años, y todavía le faltaba mucho para saber que su príncipe existía. No era como todas las princesas, no se la podría considerar guapa, y tampoco es que tuviera el tipo ideal. Pero todavía le faltaba mucho por cambiar, la naturaleza aún no había terminado con ella, aunque esta pensaba que sí.  Nuestra princesita tenía el pelo moreno hasta los hombros, y unos ojos marrones verdosos que cualquiera que los viera podía asegurar que eran únicos. Sus mejillas estaban siempre sonrojadas, pero más todavía cuando corría o alguien le hacía algún cumplido, encima de su nariz se extendía un puente de pecas que la hacían todavía más infantil. Todavía no se había desarrollado por completo, así que aún no tenía las curvas típicas de una mujer ni se le habían desarrollado los pechos, y lo que más infantil la hacía era su barriguita de niña pequeña que siempre intentaba ocultar detrás de alguna chaqueta. Su personalidad era única, se mostraba tímida con cualquiera que no conociera, nunca hablaba solo asentía o reía, pero con sus amigas, era la persona más desenvuelta que se pudiera ver. Cuando le daban un tema de conversación siempre lo analizaba de su punto de vista, y siempre respetaba como interpretaran los demás, a menos que esto afectara a alguien de manera negativa. Ella era correcta, no decía ninguna de las palabrotas que la mayoría de los chicos de su edad decían, y su caligrafía limpia, ni una sola tilde o coma fuera de lugar. Como no, muchas de las personas que no terminaban de conocerla se reían de ella y la odiaban, porque ellos pensaban que intentaba ser perfecta, por una parte era cierto ¿y quién no?, pero esto no se acercaba ni de cerca a lo que ella era, solo una pobre niña que todavía no ha crecido. Sus amigas, la querían, aunque no siempre le prestaban la atención suficiente. Ella, siempre intentaba ser diferente, en sus gustos musicales en lo que más, mientras que sus amigas escuchaban rock y pop, ella optaba por el country y el alternativo. Nuestra princesa, Dani, era todo un mundo por descubrir.
            Ese día que tanto significaba para ella conoció a lo que en ese momento le parecía un ángel caído del cielo, David, no os equivoquéis, este no es el príncipe de esta historia, el solo era un sapo más hasta que conociera a su amor verdadero, Ángel, nuestro príncipe, pero dejémoslo para luego, ahora estamos con David. Dani apenas hablaba con él, como con casi todos los chicos, pero, la forma en la que él la trataba aunque ella no hablara nunca era increíble. Él siempre hablaba por ella en todos sus encuentros; la abrazaba y consolaba cuando ella lloraba (esto era a menudo) y defendía sus ideas ante los demás. Seguro que ahora estáis pensando ¿seguro que él no es su príncipe? David era perfecto para ella, pero éste tenía un defecto, trataba a todas las chicas igual que a Dani, ninguna era diferente, ninguna hacía que su corazón latiera más deprisa, cosa rara, porque en las edades en las que estaba los chicos no paraban en pensar en chicas.
            Y ya ha llegado el momento de hablar de nuestro príncipe, Ángel. Un chico de 16 años que acababa de entrar en bachillerato. Su pelo rubio y echado hacia un lado y sus ojos azules marinos hacían suspirar a cada una de las chicas de su clase, este hecho hizo que su ego creciera cada vez más. Tenía el tipo perfecto, era fuerte y delgado, pero no demasiado de ambas cosas. Su estilo de la moda era siempre acertado, nunca llevaba lo primero que encontraba en su armario, todo tenía que combinar y tenía que expresar su estado de ánimo en ese momento. No repetía ropa, si eso la combinaba de una manera diferente, lo único que se permitía eran sus zapatillas azules de la suerte que siempre llevaba, aunque no combinaban para nada con lo que llevara. En su pandilla siempre era el que llevaba la voz cantante, no se hacía nada a no ser que él lo permitiera. Pero, no penséis que el príncipe es otro sapo, él se hacía querer, siempre trataba bien a todo el mundo, nadie era diferente. Un pequeño secreto que no muchos conocen, el es tímido en algunas ocasiones, aunque no lo parezca, y pronto lo veremos. Sus gustos musicales eran muy amplios, aunque siempre se decantaba por el heavy metal y el alternativo. 

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